Vamos a tratar de bosquejar un proyecto social dentro del Hispanismo como Cuarta Teoría Política aplicada al ámbito hispánico. Se trata solo de unas pinceladas que habrá que desarrollar más adelante.
A finales de 2019, Ediciones
Fides publicó el libro del profesor Alsina sobre el Hispanismo como CTP ( https://edicionesfides.com/2019/11/28/el-hispanismo-como-cuarta-teoria-politica/
). Es un libro fundamental para la elaboración de una ideología hispanista para
el siglo XXI. Un resumen del libro está en el vídeo de la conferencia de
presentación del libro en la Librería Tercios Viejos, de Madrid: https://www.youtube.com/watch?v=P1mYrczCr4Y&t=1341s.
Se trata de un intento de aplicar la Cuarta Teoría Política del filósofo ruso
Duguin, demasiado centrada en el ámbito eurasiático, al ámbito hispánico. La
Cuarta Teoría Política ha sido editada primero por ENR a principios de la 2ª
década del siglo XXI y reeditada por Ediciones Fides más recientemente: https://edicionesfides.com/2015/12/10/la-cuarta-teoria-politica/.
Un resumen tenemos en Duguin, explicándola: https://www.youtube.com/watch?v=WhOpSDVf4qQ.
Ediciones Fides se ha convertido en España en una referencia en la divulgación
de la Cuarta Teoría Política y estudios geopolíticos de Duguin.
¿Qué puede aportar a lo social el
Hispanismo como CTP? Pensamos que mucho, ya que entendemos el Hispanismo como
social(-ista), ya que el sujeto de la CTP es el Dasein hedeggeriano, concepto difícil de comprender, pero que nosotros
entendemos como “Ser en Comunidad”, ya que el Dasein es el individuo en una comunidad
(“Ser ahí”), pero que no es solo espacial, sino que es una comunidad en el
tiempo, con raíces históricas (raigambre) y que se proyecta hacia el futuro (Ser en con los otros, en el mundo y en el tiempo). Por lo tanto, el nombre que proponemos para la implementación de la CTP en nuestro ámbito es Hispanismo Social y su sujeto político (recordemos que el del liberalismo es el individuo, el del marxismo la clase trabajadora, el del fascismo el Estado y el del Nacionalsocialismo la raza) Ser en Comunidad, es decir, es un proyecto personalista y comunitarista (en contra del concepto individualista, la persona se realiza en la Comunidad).
Rechazamos el individualismo de
la Primera Teoría Política (el liberalismo), pero reivindicamos del viejo
liberalismo la libertad personal, ya que entendemos la Comunidad como una
comunión de personas libres, con historia, cultura y tradiciones comunes.
Rechazamos frontalmente el neoliberalismo y todas sus secuelas postmodernas y
mundialistas. Nos oponemos al capitalismo y al mundo unipolar.
Rechazamos el colectivismo
materialista de la Segunda Teoría Política (el marxismo y todas sus secuelas:
el socialismo marxista devenido hoy en socialdemocracia y en izquierda fucsia
progre, el comunismo criminal que fracasó económicamente por su falta de
incentivos para el crecimiento económico, el anarquismo utópico que pretende
vivir sin Estado, y el trotskismo devenido actualmente en antifascismo internacionalista
pueril). Sin embargo, como socialistas, no estamos tan alejados del marxismo,
pues también aspiramos a la justicia social y a la minimización de las
desigualdades, a través de la nacionalización de servicios esenciales, con un
fuerte papel del Estado, de la autogestión y de la potenciación de los
servicios públicos como la educación o la sanidad.
Rechazamos el endiosamiento del
Estado propio de la Tercera Teoría Política (el fascismo), así como de una
variante de esta teoría (el Nacionalsocialismo) y su endiosamiento de la raza.
Creemos en un Estado fuerte pero no absorbente y vigilante y no somos racistas.
Sin embargo, nos quedamos de la Tercera Posición, la síntesis entre lo Nacional
y lo Social. Para nosotros no hay lo uno sin lo otro. Creemos en un Socialismo
Nacional Hispánico. Queremos un Socialismo de las clases trabajadoras de las
Españas (Castilla con todas sus variantes, de Cantabria a Cádiz, Cataluña, Aragón, Navarra y Vascongadas, Canarias, Galicia, Portugal,...) con un equilibrio entre las Personas y la Comunidad, pues Personas y
Comunidad son interdependientes.
Por tanto, nuestras propuestas
sociales van encaminadas a:
1. Protección
de los colectivos de trabajadores (agricultores y jornaleros, obreros,
taxistas, estibadores, profesores, personal sanitario, camareros, precarios,
autónomos, pequeños comerciantes, etc.) de los ataques procedentes de las
elites financieras y neoliberales, así como del globalismo de la libre
circulación de capitales, bienes y personas, así como de la progresiva
uberización y robotización de la economía (no nos oponemos a la robotización
siempre que los trabajadores no sean los perjudicados).
2. Desarrollo
de un socialismo autogestionario, coexistiendo las cooperativas con la libre empresa y con
las empresas estatales, según las necesidades. Defensa del trabajador nacional.
Dentro del mundo hispánico hay diversos desarrollos teóricos y experiencias de
economía autogestionaria.
3. Reparto
del trabajo: trabajar menos para trabajar todos. Reivindicamos el trabajo
frente al dinero, pero un trabajo ennoblecedor, no el trabajo que esclaviza, el
trabajo precario. Como hispanos y herederos de la sabiduría greco-romana no
tenemos el espíritu del capitalismo protestante en nuestro ADN. En la patria que queremos no habrá "paguitas" o subsidios a cambio de nada para quien tenga facultades para trabajar. Todos los españoles tendrán derecho a cobrar un mínimo siempre que aporten un mínimo de trabajo comunitario, para lo que se creará un Servicio Social Comunitario.
4. Socialismo
ecológico. Nuestro socialismo hispánico reivindica la biodiversidad genética
(razas autóctonas como el toro bravo, la oveja merina o el cerdo ibérico), de especies
(la mayor de Europa, con animales emblemáticos como el lince ibérico, el lobo
ibérico o el oso pardo) y de paisajes naturales y humanizados tradicionales,
como las dehesas.
5. Reforzamiento
de los lazos comunitarios. Rechazamos el consumismo capitalista y el
hiperindividualismo. Queremos devolver a los pueblos hispánicos sus
tradiciones, defendiendo la función comunitaria del catolicismo como religión tradicional
hispánica, así como el conocimiento de las antiguas tradiciones celtas, vascas, godas, etc., y de las lenguas peninsulares, sin menoscabo del castellano como lengua común peninsular y con Hispanoamérica.
6. Ayudas
efectivas a las familias españolas. Promovemos una vuelta a las políticas natalistas que
acaben con el invierno demográfico hispánico. Ayudar a las familias de la
España vaciada.
7. Sanidad
y educación públicas de calidad. El hispanismo del siglo XXI debe otorgar el
papel que le corresponde a la Sanidad pública, partiendo de los aspectos
positivos que ya tiene, como la política de trasplantes, y mejorando los
aspectos negativos (listas de espera, tiempo por paciente) volviendo a
humanizar la sanidad (en la línea de los grandes médicos humanistas españoles,
como Cajal, Laín Entralgo o Marañón). Igualmente, la educación debe ser igual
para todos los españoles, sin diferencias por lugar de nacimiento, y debe ser
valorada como bien social.
8. Vivienda
digna para todos los trabajadores españoles y sus familias. Hay que luchar contra
la turistificación de los pisos en las ciudades, que impide a sus ciudadanos
alquilar una vivienda digna. Facilitar el crédito mediante una Banca
Nacional/Social/Sindical para la compra de la primera vivienda.
9. Promoción
de la innovación tecnológica y la ciencia. España tuvo y tiene grandes
científicos e ingenieros. Actualmente muchos se ven forzados a emigrar. Se hace
necesario crear las condiciones para que permanezcan en España,
re-industrializando mediante empresas públicas de investigación farmacéutica,
militar, etc.
10. Participación
de los trabajadores en los beneficios de la empresa. Los lucros empresariales
deben ser repartidos de un modo equitativo entre patronos, directivos y mandos
intermedios y trabajadores.
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